La única impresora que funciona en el desierto

Ojalá se inventasen más cosas como esta.





Las impresoras 3D necesitan básicamente dos cosas, una es energía para funcionar y la otra materia prima que utilizar como base para moldear. Markus Kayser pensó en eso y llegó a la conclusión de que los desiertos están repletos de ambas cosas: energía solar y arena, porque ya sabes que la arena cuando cristaliza se convierte en eso, cristal.

Con un poco de trabajo, unos paneles solares y algo de electrónica Markus Kayser construyó el SolarSinter, una impresora 3D portátil que ha puesto a funcionar en el desierto del Sahara con resultados bastante interesantes. Después de aplicar un motón de arena del desierto a su máquina, solo tiene que pulsar el botón y esperar a que el Sol haga su trabajo. La luz solar va calentando la arena justo donde quieres que se vaya moldeando el objeto que quieres imprimir.

Aparte de ser una curiosidad, lo cierto es que revoluciona el concepto que tenemos de la tecnología ¿realmente tiene que ser cara o es que no aprovechamos aquello que nos rodea? Solo tienes que comparar el precio de coste cero de un puñado de arena con lo que cuesta un cartucho de tinta de impresora 2D.