¿Quieres conocer al HOMBRE BIÓNICO?

Les Baugh, más conocido como el "hombre biónico". Perdió sus brazos pero ahora la ciencia le da una nueva oportunidad.



El primer hombre bionico, Les Baugh

Está amputado de los 2 brazos pero gracias a distintas prótesis biónicas que controla con su propia mente puede llevar a cabo acciones de forma completamente normal.

Se llama Les Baugh y su imagen ha dado la vuelta al mundo, porque es el verdadero reflejo de la innovación en la tecnología aplicada a la salud, como son en este caso los implantes robóticos. Este hombre perdió los 2 brazos y fue entonces cuando los investigadores de John Hopkins le “armaron” con 2 extremidades biónicas que funcionan bajo el control directo de su mente, algo que supone una gran revolución para las prótesis modernas. En el vídeo que publicó New York Times se puede ver el dominio y control que ya tiene de sus movimientos.

El funcionamiento de estas complejas técnicas consiste en conectar las terminaciones nerviosas de los brazos al robot, lo que le permite realizar movimientos. Sin embargo, desde la organización esperan lograr conseguir que el paciente pueda sentir texturas y temperaturas, y para ello el responsable de este proyecto, Mike McLoughlin, se plantea incorporar 100 sensores en cada brazo. De hecho, en su laboratorio disponen ya de 10 brazos funcionales, aunque su precio inicial se estima entorno a unos 500.000 dólares.

Baugh no es el único en beneficiarse de la tecnología robótica, que ha experimentado grandes avances en los últimos años. Gundmundur Olaffson es un paciente que lleva años caminando con ayuda de un tobillo robótico llamado Proprio. Funciona con pilas y está motorizado, y ha sido fabricado por la empresa islandesa Ossur. Sin embargo, en los últimos meses se ha perfeccionado actualizando su hardware.

El impulso eléctrico de su cerebro alcanza la base de su pierna que, con dos sensores conectados y sin cables, permite recibir la señal en la prótesis. El sistema no es invasivo, recoge el impulso que llega a los músculos residuales al contraerse y no hay apenas retardo entre la intención y la acción. Sus creadores están ya preparando ensayos clínicos a gran escala para que pueda llegar al mercado dentro de 3 o 5 años.

Mientras tanto, no solo los sensores sino las técnicas de este tipo de ortopedias se está perfeccionando. Muchas ya no necesitan incluir baterías para los sensores, lo que hace que no sea necesario sustituirlos. Lo cierto es que, aunque son pocos, cada vez son más los pacientes que pueden controlar sus extremidades artificiales con la mente.