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Wasteland Weekend, el festival californiano que recrea el mundo de Mad Max

Un evento que se autodefine como “cuatro días de fiesta post-apocalíptica estilo Mad Max en el desierto de California” tiene que ser algo digno de ver. Bueno, de ver y de vivir en persona, especialmente para quienes sean fans de toda esa imaginería de la saga futurista australiana que dio a conocer a Mel Gibson y que el año pasado tuvo un exitoso remake.

Para la mayoría de la gente, el desmoronamiento de la sociedad tal y como la conocemos será motivo de procupación y lamento. Pero no si se toma como punto de partida, meramente hipotético, para divertirse y dar rienda suelta a la imaginación. Es lo que ocurre cada año en el desierto de Mojave desde que en el año 2010 se empezó a celebrar este inaudito festival: miles de personas se reúnen en tierra de nadie bajo el ardiente sol para levantar un pintoresco campamento con tiendas de campaña y materiales de desecho, y pasar cuatro jornadas de evasión de su vida cotidiana.

Se exige ir ataviado correctamente, lo que en este caso no significa traje y corbata o vestido de cóctel precisamente, sino toda un derroche de fantasía, desfachatez, cuero y tachuelas. Y máscaras, y maquillaje, y ostentosas cornamentas, y tatuajes, y… piel, mucha piel vista, que el calor aprieta. Vehículos tuneados hasta el paroxismo con calaveras, mascarones de proa y banderas piratas; motores reconstruidos; chatarra non stop recuperada para fabricar ingenios mecánicos móviles… Incluso se ha colocado en el recinto uno de los herrumbrosos barcos usados en la película Waterworld, aquella que protagonizó Kevin Costner dentro de ese subgénero, y que fue adquirido por sólo un dólar.

Son algunos de los elementos que sitúan al visitante en medio de un escenario de Más allá de la Cúpula del Trueno, incruento pero visualmente clónico. Y eso que no faltan armas por todas partes, unas de atrezzo engarzadas a los coches pero otras auténticas (esto es Estados Unidos), para dar el toque realista que proporcionaba el film. Lo verdaderamente gracioso de todo ello está en que si bien la organización hace el montaje general, los asistentes acuden con sus propios diseños, que preparan a lo largo del año.

Y es que desde aquella edición primigenia de hace seis años la cosa no ha hecho más que crecer hasta registrar la afluencia de más de dos millares y medio de personas, llenas de entusiasmo y ganas de escapar de la realidad durante cuatro días. Eso sí, única y exclusivamente adultos. Pese al tono de desmadre, hay un servicio de seguridad, aseos públicos portátiles, conciertos de bandas diversas, sesiones de DJ, hogueras nocturnas, un festival de cine, concursos variados, espectáculos de motor, etc.

La idea de esta locura surgió en 2004 pero no se llevó a la práctica hasta que, en 2009, un fan de Mad Max llamado Karol Bartoszynsk, ayudado por los promotores Scarlett Harlott, Jared Butler y James Howard, entre otros, tiró para adelante y el sueño se hizo realidad. Luego fueron incorporando a otros colaboradores como Paul Denton (que creó varias estructuras de la nada) y Adam Chilson (un fotógrafo profesional que sencargo del diseño artístico), cuyo trabajo fue tan espléndido que el mismísimo George Miller, director de la película Mad Max y de su remake Mad Max: fury road, les felicitó.

En fin, que si alguien quiere trasladarse al mundo del cine fantástico y pasarlo bien viviendo una experiencia insólita, no tiene más que viajar a Estados Unidos para acercarse a Wasteland del 22 al 25 de septiembre, fecha prevista para la próxima edición.